jueves, 31 de mayo de 2007

Economía de Mercado Sin Capitalismo (1era Parte)


Una vista general de las ideas fundamentales, del origen histórico de las ideas, del grado de desarrollo actual, de la literatura adicional y de las organizaciones

Por Werner Onken



El dinero: El soberano de los mercados…


En 1891 el comerciante alemán argentino Silvio Gesell (nacido en 1862 en St. Vith cerca de Eupen/Malmedy y fallecido en 1930 en la colonia cooperativa de tipo reformador agrario Eden-Oranienburg) publicó su primer folleto “Die Reformation im Münzwesen als Brücke zum sozialen Staat” (La reformación en el régimen monetario como puente al Estado social) en Buenos Aires. Este formó la piedra fundamental de una obra voluminosa sobre la pregunta concerniente a las causas de la cuestión social y las posibilidades de encontrar una solución. Las experiencias prácticas que Gesell había acumulado durante una crisis económica en Argentina de entonces, le llevaron a una opinión que contradecía al marxismo: la explotación del trabajo no tiene su cause en la propiedad privada de los medios de producción, sino principalmente en fallos estructurales del sistema monetario. Como el antiguo filósofo Aristóteles, Gesell reconoció el papel doble del dinero, como medio de canje sirviendo al mercado, y al mismo tiempo como medio de poder controlando al mercado.


La cuestión de partida de Gesell era cómo se puede superar la característica del dinero como medio de poder, que crece con exuberancia, sin eliminarlo como medio de canje neutral? Gesell atribuía el poder del dinero sobre los mercados a dos causas: primero, el dinero tradicional como medio de demanda se puede atesorar en el lado de la oferta de la economía, al contrario de la capacidad de trabajo humano o de los bienes y servicios. Segundo, el dinero es mucho más movil que mercancías y prestaciones de servicios. Como el comodín en un juego de cartas, puede ser empleado en cualquier momento y en cualquier lugar. Ambas características prestan al dinero – sobre todo a los propetarios de sumas mayores – un privilegio especial: pueden interrumpir el círculo de compras y ventas, de ahorros e inversiones y exigir interés como gratificatión especial por renunciar al atesoramiento especulativo del dinero en canjes o fondos líquidos. Sólo si los fabricantes y consumidores cumplen con esa condición, se devuelve el dinero al círculo económico real.


El poder estructural del dinero no se debe solamente a su atesoramiento efectivo, sino ya es suficiente la posibilidad de interrumpir su circulación con el fin de conectar el metabolismo económico en el organismo social a la condición de que el dinero sea servido primero con interés. El rendimiento tiene precedencia sobre la rentabilidad, la producción se orienta más hacia el interés del dinero que hacia las necesidades de los hombres. Tipos de interés permanentes positivos perturban al equilibrio de ganancias y pérdidades necesario para la autoregulación descentral de los mercados. Según Gesell, este interés demasiado alto causa la enfermedad del organismo social con una sintomatología muy compleja: el dinero que produce intereses y que por eso no es neutral, produce una distribución injusta de los ingresos lo que por su lado lleva a una concentración del capital monetario y del capital material, monopolizando así la economía. Ya que son los propietarios del dinero los que deciden si circula o no. El dinero no puede circular por sí mismo por el organismo social como la sangre por el cuerpo humano. Por esa razón el control social de la circulación monetaria y la dosificación correcta de la cantidad monetaria no es posible. No se pueden evitar fluctuaciones deflacionistas e inflacionistas del nivel de precios general. Y cuando durante los altibajos de la coyuntura se retiran temporalmente sumas mayores de los mercados debido al nivel de interés bajo, hasta que las perspectivas para inversiones rentables mejoren, resultan estancamientos del mercado así como el paro.



… al criado neutral de los mercados


Como medio para desarmar el poder del dinero, Gesell no pensó en la prohibición canónica de intereses de la escolástica medieval o incluso en la eliminación de los llamados “usureros judíos”. Más bien se imaginaba un cambio institucional del sistema monetario, de manera que el atesoramiento del dinero esté ligado a costes, los que neutralizarián las ventajas del atesoramiento y de la liquidez. Tan pronto como el dinero atesorado sea gravado con derechos comparables a los derechos de los vagones en los transportes – perdería su superioridad sobre los mercados y entonces cumpliría solamente su función sirviendo como medio de cambio. Tan pronto como su circulación no pueda ser impedidia por maniobras especulativas, será posible adaptar continuamente la cantidad del dinero al volumen de bienes, de forma que el poder adquisitivo de la moneda sea tan estable durante períodos largos como las medidas y los pesos.


Gesell habla expresamente en sus primeros tratados de billetes de banco oxidables como medio de una “reforma orgánica del sistema monetario”. A través de ella, el dinero que ha sido hasta ahora “un cuerpo extraño muerto” tanto en el organismo social como en la entera naturaleza, sería integrado en el ciclo eterno de morir y nacer de toda vida. Tambien seria efímero y perdería su característica de multiplicarse por interés e interés compuesto hasta la infinidad. Una reforma así, sería una terapia regulativa que levantaría los bloqueos en la circulación del dinero y que prestaría ayuda al organismo social enfermo para una curación propia gradual de los múltiples síntomas de crisis coyunturales y estructurales, de manera que el organismo social pueda estabilizarse en su equlibrio e integrarse en el orden general armónico de la naturaleza.


Gesell expuso detalladamente en su obra principal “Die Natürliche Wirtschaftsordnung durch Freiland und Freigeld” (El orden económico natural a través de tierra libre y dinero libre) publicado en 1916 en Berlin y Bern, como la oferta y la demanda de capital se equilibra cuando el dinero puede circular, de forma que el nivel de los intereses pueda reducirse el término “Urzins” (el nivel básico de interés) para simbolizar el tipo de interés alrededor del 3%, que en el pasado no variaba mucho. Esto representa el tributo de los trabajadores al poder del dinero que conduce a valores de ingresos no ganados más altos que aquellos propuestos por su magnitud. Gesell predecía que su reforma monetaria causaría la desaparición del interés básico del tipo de interés que solamente se compondría de la prima de riesgo y de los derechos bancarios. Las fluctuaciones de los tipos de interés de los mercados alrededor de este nuevo tipo de interés equilibrado permitirían una canalización descentralizada de los ahorros en inversiones satisfaciendo las necesidades. Pero ellas se neutralizan. “El dinero libre”, un medio de cambio liberado del tributo histórico “interés básico” sería neutral concerniente a la distribución y no podría influir más ni al tipo ni al volumen de producción e ir contra de los intereses de los productores y consumidores. Gesell esperaba que a través de la eliminación del “interés básico” el rendimiento de trabajo completo facilitaria a vastos sectores de la población a dejar sus puestos de trabajo dependientes de salarios y sueldos para establecerse por su cuenta en formas de trabajo privadas y cooperativas.



El suelo : una base de vida fiduciaria en vez de un artículo de consumo o un objeto de especulación


Alrededor de fin del siglo XX Gesell ampliaba concepción de una reforma del sistema de la propiedad de los terrenos. Tuvo esta idea a través de la lectura de las obras del reformador agrario norteamericano Henry George (1839 – 1897), autor de “Fortschritt und Armut” (el progreso y la pobreza), cuyos pensamientos eran propagados en alemania por Michael Flürschein (1844 – 1912) y Adolf Damaschke (1865 – 1935). Al contrario del esfuerzo de Damaschke de gravar solamente el crecimiento del valor con impuestos para beneficio del público en general, en caso de la persistencia de la propiedad privada de los terrenos, Gesell seguía la propuesta de Flürschein de dejar los terrenos en las manos del Estado, a cambio de una indemnización de los expropietarios privados y de arrendar los terrenos a los mejores postores para el uso privado. Mientras los terrenos sigan siendo artículos de consumo privados, la relación orgánica de los seres humanos con la Tierra será desequilibrada. Contrario a los ideólogos nacionalistas, Gesell no se trataba de una conexión de la sangre y la tierra. Como cosmopolita consideraba al mundo entero como un órgano de cada uno. Cada persona debería poder andar por la Tierra y establecerse en ella independiente de su origen, su color de piel y su religión. Igual a la superficie de la Tierra, las riquezas del subsuelo tambien deberían ser propiedad de todos. Una institución internacional, que se establecería para su administración, emitiría derechos de uso a través de subastas públicas.


La igualación económica de las mujeres y los hombres


Al principio, Gesell como otros reformadores agrarios de la escuela de Henry George pensaban que el Estado era capaz de financiar sus tareas a través de los ingresos del arrendamiento de los terrenos sin imponer otros impuestos (Single–Tax). Pero la pregunta quién tenía realmente derecho a los ingresos de los arrendamientos según el principio causal le llevó a la reflexión de que el importe de los ingresos por los arrendamientos dependía de la densidad demográfica, finalmente de la disposición de las mujeres de dar a luz a niños y de criarlos. Por eso, Gesell quería pagar los ingresos de los arrendamientos a las madres como remuneración por el trabajo de educación según el número de sus niños menores de edad en mensualidades – también a las madres de niños ilegítimos y también a las extranjeras que vivían en Alemania. Todas las madres debían ser liberadas de la dependencia económica de los padres trabajadores. Por eso la relación entre los sexos debería basarse en el amor, libre de las influencias de poder.
En la conferencia “Der Aufstieg des Abendlandes” (La ascensíón del Occidente) que se dirigía contra el pesimismo concerniente a la civilización en “La decadencia del Occidente” de Oswald Spengler, Gesell expresó su esperanza de que la humanidad corporal, física e intelectualmete dañada por el capitalismo pueda encontrarse en un orden de competencia liberado de los privilegios y de los monopolios y avanzar hacia una nueva cultura floreciente.



Otros precursores de la economía de mercado sin capitalismo


La teoría de la tierra libre – el dinero libre – era una reacción al principio de Laissez – faire – del liberalismo clásico, tal como a las ideas de la economía dirigida por el marxismo. La teoría no es un tercer camino entre el capitalismo y el comunismo en el sentido de teorías posteriores de convergencia o las llamades “mixed economies”, es decir economías de mercado capitalistas globalmente dirigidas por el Estado, sino una alternativa diferente a los sistemas de economía realizados hasta ahora. En términos políticos se puede caracterizar como una “ economía de mercado sin capitalismo”. Gesell entonces continuaba pensando independientemente de las reflexiones del reformador social francés y contemporáneo de Marx, Pierre Joseph Proudhon (1809 – 1865), que ya a mediados del siglo XVIII hacía responsable a la apropiación privada de los terrenos y al poder del dinero que produce interés, el hecho de que después del fin del absolutismo feudal no se había formado una sociedad libre. Proudhon había condenado la venta privada de los terrenos como robo y los intereses de dinero como usura cancerosa. Estas formas de ingreso a través de la explotación llevaron a la creación de la alta burguesía como nueva clase dominadora sobre la pequeña burguesía y los obreros. El modelo alternativo económico de Gesell es también pariente del socialismo liberal, también sugerido por Proudhon, del filósofo cultural Gustav Landauer (1870 – 1919) que a su vez influyó fuertemente a Martin Buber (1878 – 1965). Hay también paralelos con el socialismo liberal del médico sociólogo Franz Oppenheimer (1861 – 1945) y con la filosofía social del fundador de la antroposofía Rudolf Steiner (1861 – 1925).



Continuará...

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